We spent two weeks in Greece, starting in Athens and then moving onto the islands of Folegandros, Santorini and Paros.
Athens is known for its history and for the ruins that speckle different parts of the city, but no one talks about the vibrant, passionate ambience that runs through the streets. The Greeks are similar to the Spaniards in the way they interact with people and the pace of life. They fill the plazas ´til all hours of the night, with the glow of the Acrópolis coming from way up on the hillside.
We stayed at Central Hotel, in the neighborhood of Plaka, incredibly well situated. It was slightly pricey for what they offered, but had an amazing rooftop terrace with views of the Acrópolis. 150 euros per night, breakfast included.
There are several restaurants in Athens worth noting. The most surprising and outstanding was Funky Gourmet, which had some of the most creative flavor and presentation combinations we had ever experienced. Think roasted lamb´s tongue served in a lamb skull (that had been painted gold and glittery).
Folegandros (26, 27, 28, 29 Julio)
Ya recuperados de algún que otro mal ateniense nos detenemos en el tiempo en la isla de Folegandros que significa en fenicio "rocoso". Lugar tradicional de exilio, solo acechada en el pasado por los piratas.
Fundamental quedarse en la Chora, visitar su Kastro con alguna maravillosa plaza blanca cubierto de árboles variados (entre ellos de pimienta) y lucecitas colgadas... Disfrutar de la paz que te rodea cuando te hallas en esta meridional isla de las cicladas. El paseito a la iglesia ortodoxa Parigia es precioso al atardecer.
La motito uno de los días es recomendable pues es una isla pequeña y resulta perfecta para transitar con scooter. La isla se recorre en literalmente 45 minutos en la moto. Se puede alquilar a través el hotel o ir al lugar donde las alquilan cerca de las paradas del bus, a 10 min andando de la Chora (30€ por día). Difícil negociar algo mejor con el energúmeno que lo regenta. Incluso aunque en el trato el salga ganando porque le sale mejor ganar un dinerito por las horas adicionales en las que renta la maquina.
Sin duda uno de los días debe ser aprovechado yendo a Akgali y pateando desde allí durante 20 minutos (alternativa de tomar el barco por €2.50) se alcanza la preciosa calita de nikolaus. De camino a la propia cala se debe atravesar literalmente un chiringuito de playa regentado por un griego majísimo que vive 7 meses en la montaña y 5 en esta precisa isla. Se puede tomar un pescado fresco estupendo que se elige a dedo. De aperitivo magnifico calamar a la plancha. Las vistas cojonudas. El buen rollo... Siempre.
Las otras dos calas que pueden ser visitadas con moto (o preferiblemente con quads porque tal y como pudieron comprobar Jesslynina y Tonino la subida con la moto puede ser complicadita. La pobre Jesslyn se tuvo que hacer alguna subidita a pata para evitar morder el polvo) son Agios Giorgios y Ligaría que se encuentra justo antes. Suelen estar bastante deshabitadas así que ideales para un día de tranquilidad. Ojo que no hay nada en ellas. Ni posibilidad de tumbonas, ni sombrillas, ni muchísimo menos chiringuito donde tomar unas birras.
Otra de las opciones recomendables es el tour en barco. 30€ persona con comida incluida. Se visita si la marejada del Norte lo permite toda la isla. Los menos afortunados visitamos el sur. Playas de Ambeli, Livadaki, cala de Kalamaki, Nikolaus y la magnífica Katergo. Preciosa cala de rocas blancas aguas turquesas .. Pero sin chiringuito. El oír del barco se puede arreglar en la caseta del consulado italiano en la plaza de la Chora.
Hotel Anemomilos. En Chora. Hotel estupendo pero bastante caro. Vistas sobre la bahía y desayuno copioso regentado por una griega adinerada llamada Cornelia con algunas malas pulgas. Diana y sobretodo nuestro querido Alex unos soles.
No dejar de cenar en Blue Cuisin (30E por cabeza con vino) hamburguesa de pescado y rico sea bass también. Tienen alguno vinos blancos asiáticos excelentes para el pescado. La atmósfera es muy agradable.
Otro de los sitios auténticos del lugar es el Eva's garden que dicen que es el mejor restaurante de la isla y sin embargo resulta bastante económico. A probar la carne con salsa de vino tinto y el excelente pastel turco galaktoboureko. Uno de los camareros tiene a su hermano de chef y el tío de chupa los dedos cuando trae algo. 70€ los dos.
Santorini (30,31 Julio,1,2 Agosto)
Isla que ha tomado diferentes nombres en los últimos siglos dependiendo del momento. Geológicamente riquísima el archipiélago de la caldera (Thira) y las islas que la acompañan (Theressia, isla blanca, ..). Sede de parte de la civilización minoica que no sobrevivió al terremoto y tsunami de hace 3000 años ( curiosamente no se encontraron en las ruinas ningún cuerpo de humano ni esqueleto. Se piensa que pudieron escapar!). Castillos venecianos época de la que toma su nombre Santa Irene. De hecho en el de Atrokiri (cerca de su ruinas minoicas) se puede disfrutar de un concierto Conocida también por su vinsanto, donkey beer, Cherry tomatoes y berenjena blanca. . Preferible quedarse en Oía (se pronuncia "i-a")
Estancia en Airbnb de Giorgios y Lamprini en el barrio de Finnikia. Se baja en la segunda parada de autobús de Oía. Cerca de un parking donde haciendo malabares, se puede dejar el carro. La estancia es perfecta. Andando se puede acceder a la bella Oía y su paseo marítimo. El gran Giorgios es entrañable y su bienvenida es todo un recital en lo que respecta al conocimiento de la isla. Precio 140€/ noche.
Si os alojáis por la zona es recomendable comer en el Taverna Krinaki. Maravillosas carnes en una taberna desenfadada. Especial la hamburguesa de 3 carnes, y el pollo al limón (como lo hace la abuela). Encantador el camarero de Patras que frecuenta el bar de Marikai bar... Comimos por no mas de 35€ los dos. Encantador ... Y eso que nos faltó el corderito que preparan para cenar.
Otro de los lugares más sofisticados pero excelente dentro de Oía que es ideal para una cena romántica, con una bella puesta de sol es el Catch of the Day (que Antoine confunde con Catch of the Night)... zascas. Excelente carpaccio de lubina con erizo, gazpacho con cangrejo, langostinos con espuma de chorizo (magnifico) and y risotto con salmonetes. Vinito blanco Enstikto Siva. Postre a base de buen Tsoureki. 150€ los dos.

Otra de las puesta de sol (perdonemos en énfasis pero la búsqueda de las mismas es el deporte nacional de la isla) ideales es la de Matamira - Thira. La cena no es cosa del otro mundo y los camareros pueden ser un poco insistentes con lo que se debe pedir pero es apetecible tomar una cervecita allí.
Finalmente, otra de las sugerencias es sin duda alguna la travesía en barco catamaran de Spiridakos. El pedido oficial es de 150€ pero si lo luchas con ahínco se puede lograr por 50 menos sobre todo si has reservado coches con ellos también (35€/día). Merece la pena hacerlo. Menú completo incluido con langostino, pollo a la mostaza, spaghetti y un tierno pescadero rebozado. Tres bañitos y visitas a red beach, Thirassia, hot spring. Solo 18 personas en el barco. Salida desde el puerto de Valhada. Un crack si coincidís con el conductor, Cristos - un fanfarrón ateniense que no deja de presumir del aceite de oliva verde de Grecia (mejor que el de Cabra dice el tipo), y las bondades de la tierra de Santorini. "The only thing we took from Spain were the potatoes; all the rest you took from us."
Paros (3,4,5 Agosto)
Estancia en el Nirides, el complejo hotelero regentado por la familia de Angie. Otro caso de un ciudadano ateniense que ante la coyuntura económica debe regresar a las islas para apoyar el negocio familiar y ya de paso recabar algún fondo imposible de percibir en la capital griega. El seco carácter de la damisela contrasta con los cumplidos de los viajeros que frecuentaron este hotel (140€). La playa que esta a 20 metros del hotel es una de las mejores de la isla según presume la agria Angie. En la ciudad es imprescindible conocer la iglesia ortodoxa de las 100 puertas (sólo se han encontrado 99 pero cuando se descubra la última Constantinopla volverá a ser griega). Se dice de que arrebatado por los celos hacia su discípulo al contemplar la obra de arte de su aprendiz, el constructor de Santa Sofía le empujó desde uno de los altos. El aprendiz se agarró a él y los dos murieron en la caída.
Lo que si nos consigue la mencionada gestora es el contacto de un alquiler de motos por 25€/día que esta muy pero que muy bien. Aquí pasamos un rato agradable y divertido negociando y parloteando con la familia de María, la hija de 37 años que trabaja muy a su pesar en el negocio familiar después de haber perdido su trabajo en Atenas y haberse visto obligada al exilio familiar en Paros ("les adoro pero me cuesta pasar mas de 10 minutos con mi padre").
Entre las visitas mas recomendables se encuentra en primer lugar Lefkes. Pueblecito de casitas blancas encaladas y de callecitas cuidadas con mimo en medio de la montaña. La cenita en el Levkiskano por 30€ los dos. Vinito blanco de Paros unas aguas gaseosas, unas parrochitas esta vez en su punto y un potaje de garbanzos al limón maravilloso, hacen las delicias de los comensales. Paseito por las plazas y pendiente para la siguiente el propio paseo bizantino que requiere madrugona al alba al alba. Allí conocemos a un adorable abuelo con el que de nuevo la diferente lengua hablada no parece ser obstáculo para que la comunicación y el bueno rollo fluya. Absolutamente geniales estos momentos que hacen recordar al Colosso de Marussi cuando Miller dice que en Grecia todo ocurre es de alguna forma algo más auténtico y genuino.
La vuelta en motoreta admite Jess que le hace temblar las canillas. Parece en todo caso que solo el comienzo es preocupante y la destreza se coge con el uso.
El día siguiente lo consagramos casi enteramente a recorrer la isla en busca de una playa al menos tan buena con la de caa que finalmente no aparece (igual tenía razón la buena de Angie). Terminamos la mañana en Naoussa donde comemos en el Glaktos donde Jesslynina da buena cuenta de un rissoto negro casi tan sabroso como los de Croacia y Antoine un mero que no había podido catar en Ammoudi (55€ los dos con su vinito y raki "floral" esta vez incluido). Este lugar destaca no solo por su comida sino por su entorno agradable (tipo Manteca almeriense comiendo cerquita de la playa) y por el pub chill out donde tomar un gintonic en una tarde de lectura y siesta.
Conocemos en la vuelta a dos griegos absolutamente entrañables. Uno de ellos vive justo en los aledaños del restaurante y es ex-capitán de marina. Un absoluto genio y figura que rehusa la invitación a Madrid aludiendo que allí no hay playa (como dice la canción). El segundo de los pintorescos personajes es uno de los camareros de otro restaurante que ante la pregunta del porqué de colgar los pulpos al sol abre el debate con Antonio al atestiguar que solo así el pulpo sale mas tierno. Que sabrán estos griegos que no saben los gallegos. Lo siento queridos pero aquí nuestros paisanos os dan sopas con honda.
Con la mayor destreza al manillar viene el atrevimiento de tomar una pizza nocturna en el pueblecito de Parikia. En Cavo d'Oro, un restaurante con mesas en la arena que dan al puerto. Geniales los camareros del restaurante con los que entablamos divertida conversaciones y que ofrecen a Antonio una báscula para pesarse y saber si ha ganado algún granito durante las vacaciones.
El día siguiente Antiparos aguarda. Tránsito hasta Pounta donde por 4€ se puede llevar el coche hasta la isla virtualmente a 5 minutos de Paros. Alli nos espera la imponente cueva de 400 escalones; reducir de estalactitas, estalagmitas y firma de celebres personajes como Lord Byron. No en breve la isla fue descubierta en tiempos remotos de Alejandro Magno y pone en evidencia la riqueza geológicas de las islas cicladas.
Pero el paseito en Antiparos nos reserva otras dos mágicas sorpresas. Por un lado el Beach House (con este nombre similar al del mítico grupo musical no podía ser mala opción. Si se desea ir esta justo después de la cueva en una cerrada curva); una estupenda playa con un espléndido chiringuito donde trabajan nuestros nuevos amigos María y Dimitris. Con la primera - una pinchadiscos digna de los mejores chillouts- hacemos buenas migas mientras comemos y charlamos sobre Madrid, su ciudad preferida donde acordamos encontrarnos los 4 en el futuro. ¿Who knows? ... Además la pareja nos recomienda un par de clásicos atenienses a los que no debemos faltar... Los dos en Psiri, barrio donde nos alojamos la noche siguiente.
El menú del Beach House es por otra parte estupendo. Ensalada de calabacín con uvas, naranja, lima, cinco estrellas. Una hamburguesa de atún con pan de tinta de calamar y jengibre, y para Jess una riquísima pasta vongole con coquinas. Todo por 40€ para los dos en un chiringuito que rebosa de buen rollo y tranquilidad por los cuatro costados. Besitos, bañito y periplo final por la isla del que no nos arrepentimos pues terminamos en el extremo más Zzz de la isla, allá donde se encuentra la taberna Capitan Pipinos y su vecina Zzz .. Enclave para disfrutar de la puesta de sol, los pulpos y canballas tomando el sol y las parrochitas mas ricas de todo el viaje. Maravilloso.
El día siguiente tiene sabor a final de viaje ... Al menos en lo que respecta a la etapa de las islas. Paseito y devolución de moto, vuelta de charleta con Marieta y bañito y paseito por la playa de Jesslyn y Tonino.
Atenas (6,7 Agosto)
La última noche en Atenas la pasamos en el hotel Euripides (70E y de las tres 'B', bueno, bonito y barato en el barrio de Psiri. Barrio malasañero pero algo más bohemio donde disfrutamos de las recomendaciones de nuestros amigos María y Dimitris visitando el grandísmo bar de Glakis en Psiri llamado Mavros Gatos y después un bar de copistas llamado Transitor que son de lo mejorcito del barrio. Estupenda velada!

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